
Mario Delgado se ve cada vez más alejado de Sheinbaum y Ebrard, a quien les pasó revista.
Quizá están dejando mal visto al partido, la jefa de gobierno viviendo al límite de los actos anticipados de campaña y Ebrard siendo el morenista menos morenista de todos.
Piso parejo garantiza el líder nacional morenista, y se ve que la militancia lo cree tanto como lo desea. Del presidente de la república se ve esa prudencia, pero no escapa de mostrar a sus favoritos.
Sheinbaum, se dice entre pasillos, ya recibió el “tú no” de Andrés Manuel, y a Ebrard ni se le habla. Mientras tanto
Adán Augusto sigue gestionando una extraordinaria operatividad política que, a la par y sin caer en provocaciones, sigue reuniendo adeptos.
Pero al final, el tiempo es quien decidirá.