Morena: Unidad para cuidar a México y sostener la transformación

#EnLaOpiniónDe Jorge Argüelles Victorero.- Estamos viviendo tiempos complejos. Desde hace varios meses hasta hoy, nuestro país viene enfrentando embestidas externas, pocos lo imaginaban y algunos lo visualizábamos, pero no de esta magnitud. En la frontera, tropas estadounidenses actúan ya como fuerza de detención y disuasión de migrantes.

En Washington, se desempolvan las amenazas arancelarias y las propuestas de gravar las remesas que sostienen a millones de familias mexicanas. Se nos exige además perseguir y exhibir a compatriotas bajo la amenaza de más presiones.

Al mismo tiempo, el movimiento que hizo posible la transformación de México, Morena, está enfrentando tensiones y desencuentros internos que no podemos permitirnos, que no podemos dejar que sigan creciendo por el riesgo de que nos debiliten en momentos cruciales.

Como simpatizante de este proyecto histórico, me permito hacer una reflexión respetuosa y fraterna: cuidemos al país para que el movimiento permanezca. Y cuidemos al movimiento para que México no retroceda.

No se trata de alarmismo. El gobierno de Estados Unidos ha decidido convertir la frontera en un campo de operaciones militares, en el que cientos de migrantes mexicanos han sido ya detenidos sin respeto al debido proceso. Se amenaza además con nuevos aranceles si no se acelera la lucha contra el crimen organizado, una lucha que nuestro gobierno libra con firmeza, aunque no sin dificultades.

El señalamiento de algunos de nuestros funcionarios como supuestos cómplices de los cárteles, forma parte de esta ofensiva para desestabilizar y presionar. Y debemos responder con inteligencia y unidad. Estados Unidos sabe que la fortaleza de México es la cohesión de su gobierno y su pueblo. Si nos dividimos, les allanamos el camino.

Por ello debemos reconocer con humildad que hemos dejado de hacer cosas, que estamos perdiendo contundencia, los resultados recientes en las elecciones judiciales pudieron ser mejores. Culpar a factores externos no debe ser pretexto. La participación ciudadana y la crítica de las bases de nuestro movimiento nos deben llamar a la reflexión.

Tampoco ayudan los gestos autoritarios, vengan de donde vengan. El endurecimiento del discurso, los intentos de acallar voces legítimas dentro del movimiento, solo alimentan la narrativa que nuestros adversarios desean promover: que Morena es incapaz de convivir con la pluralidad interna. Morena no es un bloque monolítico, es una fuerza democrática, que se fortalezca en el debate y en la autocrítica constructiva, no podemos olvidar esto.

Es natural que en un movimiento-partido de nuestras dimensiones existan tensiones entre distintas formas de pensar, militantes de base y actores institucionales. Lo que no podemos permitir es que esas tensiones escalen al punto de dañar el proyecto nacional que nos ha costado tanto construir. Por eso este llamado es a la responsabilidad y al compromiso.

Nos toca, como movimiento y como partido, reafirmar los principios que nos dieron origen: honestidad, humildad, compromiso social y defensa de la soberanía nacional. Nos toca también trazar con claridad una línea entre el partido y el gobierno. El partido debe ser un espacio abierto, inclusivo y vigilante. El gobierno debe seguir respondiendo con eficacia y resultados.

Nos toca además comunicar con fuerza y verdad lo que sí estamos haciendo: los avances en el combate al crimen organizado, las extradiciones que sí se han logrado, el esfuerzo consular para proteger a nuestros migrantes, las inversiones en desarrollo social para abatir las causas de la violencia.

Todo ello debe estar en el centro de nuestra narrativa, para que el pueblo de México y la comunidad internacional sepan que México no es un Estado fallido, como algunos quisieran pintarnos. Este es un momento para cerrar filas, pero no en torno a personas o intereses particulares, sino en torno a los principios que nos unen.

Debemos rechazar el sectarismo y las purgas internas que solo debilitan al movimiento. Debemos abrazar la crítica sincera, que construye. Debemos reconocer a nuestras bases, a los miles de militantes que sostienen este proyecto en cada barrio, en cada comunidad, porque no hay transformación posible sin pueblo. No hay Morena fuerte sin militancia activa y respetada.

En conclusión: cuidar al país, cuidar al movimiento. Hoy más que nunca, cuidar a México y cuidar a Morena son tareas inseparables. Porque si el país retrocede bajo presiones externas o divisiones internas, también lo hará la posibilidad de seguir transformándolo. Debemos actuar con serenidad, con inteligencia y con grandeza. La historia nos observa. No permitamos que este movimiento, que devolvió la esperanza a millones, sea víctima ni de la injerencia extranjera ni de la arrogancia interna.

Con unidad, con humildad y con compromiso, Morena seguirá siendo la fuerza que cuide a México y que construya el futuro que merecemos.

POR: JORGE ARGÜELLES VICTORERO

COLABORADOR

@JORGEARGUELLESV

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